26 enero 2010

Avatar

Cuando se estrenó Avatar yo me negaba a ir a verla. No sé porqué me empeño en ir contracorriente, si al final odio que la gente comente cosas que no sé de qué van.


El caso es que después de muchas semanas negándome, ayer tuve valor y fui a verla en 3D.
Mi novio se durmió en la mitad, y a mi me encantó.
No me encantó por la historia, que es Pocahontas en 3D. Ni por su mensaje "Salva a la Tierra, aún estás a tiempo" que me lo paso por el forro.
Me encantó porque a mí todo lo que sea el futuro me encanta, y que en el 2154 haya hippies altísimos y azules que follen por una trenza hace que quiera congelarme para que me despierten ese año.
¿Os imagináis cómo seríamos nosotros si tuviésemos que follar por una trenza? En la discoteca sería un desastre, ya no puedes volverte loca en la tarima moviendo el pelo que a la mínima te enganchan y oyes cómo respira el otro...


También me encantó porque a Sigourney le hacen un avatar que es mucho más guapa que ella en real. No sé si lo pidió ella, o lo hicieron a mala ostia, pero es así.
Y también porque la que hacía de chunga en Lost lleva unas Rayban que incluso ahora están pasadas de moda. Eso nos demuestra que volveremos a llevar lo que llevamos ahora, y les diremos a nuestros tataranietos avatareños: Esas gafas las tenía yo cuando tenía tu edad.


En conclusión, que sales de la película queriendo ir a Pandora (al planeta, no a la caja) y asombrándote porque quieres juntarle la trenza al protagonista debajo de Eywa o encima del Turuk enorme volador.



Aquí empezó el rollito...

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